22-09-2013.
Apenas sin tiempo para digerir la experiencia, cansado, fastidiado…hago frente a mi compromiso con el responsable de esta fenomenal página web, adquirido hace tres meses, de contar un poquito cómo ha ido esta carrera, 5ª del Trail Series Cantabria, desde la subjetividad del participante, por supuesto.
Me propuse este verano descansar de tanta carrera, así que llevaba más de dos meses sin competir. Realmente no sabía qué podía ofrecer esta carrera.
A las 6 desayunamos copiosamente y llegamos a Sámano a las 7:30. Demasiado pronto. Hacía bastante frío a la hora del amanecer, unos 7 grados. Vamos a calentar y trotamos un par de kilómetros, antes de darse la salida. Vamos a tener un día de calor.
Los primeros 500 m son neutralizados, para después comenzar una ascensión dura y sostenida por pista, nada técnica. Las primeras unidades del grupo se van alejando tras el primer kilómetro y subo a tren, dándole un poco de caña para estar entre los 15 primeros. La ascensión a Cerredo empieza a alternar, hacia el km. 3, la subida con los llanos, donde se puede coger buena velocidad. Para no castigarme demasiado, opto por subir las cuestas pindias caminando.
Tras los primeros 10 Kms, viene un descenso vertiginoso y técnico, monte abajo, alternando senda y pista, por dentro de unos eucaliptales. Al final del descenso conecto con Azara García de los Salmones, turnándonos en cabeza ella y yo. Ella sube mejor, tiene más potencia, yo bajo un poco mejor, cojo buena velocidad.
El cansancio va haciendo mella y cuando iniciamos la subida por la pista a la segunda cima de la carrera, Anguía, ella me va dejando paulatinamente y comienza el sufrimiento, así que me lo tomo con más calma y comienzo a subir caminando rápido. El tramo de pista deja paso a 2 kilómetros de verdadera pared. Noto que pierdo fuelle, y la ascensión, de un 35-40%, se me hace eterna. A esta segunda cima le sucede un tramo de 1 km que alterna el llano y un ligero ascenso, hasta llegar a Campo Rivero. Desde el final de este tramo, quedan 6 kms para la meta. Comienza un descenso pronunciado y muy técnico, por tierra y lapiaz calizo. Ya llevaba un tobillo con recalcón y en la bajada se me tuerce el otro.
Raíces, rocas, barro se suceden en un tramo de un par de kilómetros con poco desnivel, pero rompepiernas. De repente, hacia el km. 26, Raúl Rodríguez y yo nos quedamos sin sendero visible, rodeados de escajos por todos los lados. Él va hacia atrás, yo sigo un poco hacia delante para ver si se ve el sendero. Me quedo solo silbando y gritando. La mejor opción en estos casos es la que pongo en práctica: desando el camino y veo bajar a un corredor y girar en un lugar en el que nosotros nos habíamos ido rectos.
La rabia me hace bajar con mucha velocidad por una pista llena de piedra suelta de mediano tamaño, por lo que se debe pisar con cuidado. Al llegar a la base del monte, cruzamos el río Tabernillas varias veces hasta que llegamos al Polígono de Vallegón. Quedan 1,5 kms, ya por asfalto, donde acelero para recuperar tiempo. Los últimos 200 m de prado me hacen vislumbrar la meta, a la cual llego con calambres en las piernas y mosqueado por mi falta de atención en el último descenso. Al final, puesto 22, con 3h y 15 minutos. Ni tan mal. Esperaba estar un poco más delante, pero pensé que con mi error había quedado mucho peor.
Comentando la carrera con otros participantes, coincidimos en valorar la prueba con un notable: muy buen balizamiento en muchas zonas, con cinta y con flechas azules indicando cambios de dirección. Sin embargo, en el último descenso se echaban en falta referencias claras. Creí que había sido un fallo exclusivamente mío, pero varias personas más perdieron la senda adecuada. Yo creo que, en general, todo el recorrido estaba bien indicado, pero quizás entre los kilómetros 24 y 27 se echaron en falta más referencias. En ese tramo vas mirando dónde pones los pies, estás cansado, las piernas te empiezan a fallar y la senda tiene muchos recodos. Con esas circunstancias es bastante fácil equivocar el camino si las señales no se ven en un buen tramo. Con esto no quiero empañar la fenomenal organización de la prueba y el gran esfuerzo de los organizadores, que tienen un mérito enorme. Solamente, para la próxima vez, sugiero un balizamiento más intenso en zonas técnicas y de bosque, sobre todo en los tramos finales de la prueba, cuando la cabeza y las piernas ya no sabes si son tales.
El ambiente post-carrera fue muy sano, con barbacoa incluida y masajes para recuperar las piernas. Un detalle, sólo un detalle, que no me gustó nada, fue que el speaker de la prueba (también lo es del Trail RAE Otañes), no tenía ni idea del Trail Series Cantabria, cuando preguntó al líder de la clasificación, Gregorio Sáiz, qué orden de prueba era ésta en el Trail Series y cuántas pruebas son. Creo que no cuesta nada informarse un poco de la carera a la que vas como animador para poner a la gente en antecedentes y cómo van las clasificaciones de las diferentes categorías. Ahora, con Internet, lo tienes muy fácil para saberlo, y en muy poco tiempo.
Enhorabuena a todos y todas las participantes y a la organización, que hizo que nos sintiéramos muy bien atendidos.
Hasta la próxima.
Esteban Pereda Saiz. Grupo de Montaña Orza.