A pesar de haberse pronosticado lluvia y bajada de temperaturas para la jornada, la mañana en Bárcena se presenta fresquita y con nubes y claros, así que ideal para correr.
La salida congrega a unos 120 corredores en el casco urbano del pueblo. Tras la salida, nos esperan unos 7 kms de ascensión hasta Pico Jano. Comenzamos un poco fuerte, pero reservando fuerzas para el desnivel que nos espera. El ascenso se realiza en primer lugar por el Camino Real, para abandonarlo girando a la izquierda por una senda de hierba y tierra con poco desnivel. Lo duro empieza luego, cuando cogemos la pista a Aguayo, con un desnivel importante, que hacemos medio caminando, medio corriendo. Giramos a la izquierda para subir (empinada subida) a la presa de Cuchío. La subimos caminando deprisa y, una vez más, nos queda claro que empezar fuerte el primer kilómetro de ascensión pasa factura siempre. Tras una revuelta de la pista nos encontramos ante el terreno despejado de árboles y con el ascenso directo hacia la base del Pico Jano. Ya nos empiezan a pasar corredores…malo. Las ganas de comenzar a descender me hacen acelerar el paso, y aprieto un poquito para llegar en 1h 1 min al avituallamiento del punto más alto de la carrera.
Toca recuperar terreno. La bajada al principio es directa, algo técnica al existir prado con piedras intercaladas. Luego, el descenso se hace cortando a media ladera hasta llegar hasta la pista de Aguayo a la presa de Alsa. La exigencia de esos 10 minutos de descenso para los cuádriceps pasa factura, e intentar llevar un ritmo elevado en llano se convierte en una quimera. Las piernas están muy, muy cansadas. Mantengo un ritmo medio hasta que la pista toma altura con una serie de curvas hasta que llegamos al collado que lleva al Campo la Horca, con el Pico Oreño mirándonos desde nuestra izquierda.
En la bajada por pradera recuperamos ritmo; no es muy pronunciada, pero permite tomar cierta velocidad, así que recuperamos seis o siete posiciones. El descenso continúa por sendero parcialmente embarrado, lo que entorpece conseguir un ritmo fluido de carrera al resbalar ente el barro y las numerosas piedras. Menos mal que ya se divisa el pueblo de Casares.
Después de unos toboganes en los que las partes en subida me hacen echar el corazón, cogemos una pista de guijo que enseguida nos lleva a la carretera. Tenía que haber apretado algo antes. El descenso lo hago a muy buen ritmo, ya no hay nada que reservar. Pasamos bajo la N-611, bordeamos el campo de fútbol del Torina y ya estamos en meta. Posición 35. Ya no sé si estoy viejo o es que necesito descansar urgentemente hasta el año que viene.
Tras la carrera, un ambiente formidable: comida, bebida, mucha gente en el pueblo conversando… Y la entrega de premios con alguna confusión, pero con mucho público y ambiente.
Es evidente que el título de esta crónica rápida tiene una razón, y es la explicación que voy a dar a continuación. Pedro, Gustavo, Esteban y los demás: ni se os ocurra dejar de organizar esta liga de carreras por montaña oficiosa ( a veces lo oficioso es más auténtico y representativo que “lo oficial”) el año que viene. Si las federaciones, instituciones o demás organismos encargados de la gestión del deporte en nuestra comunidad no han hecho nada hasta ahora, vosotros tenéis el enorme mérito de haber creado algo necesario: un verdadero Campeonato de Cantabria para todo el mundo, únicamente por vuestro esfuerzo e iniciativa. Eso es tomar las riendas, crear, dar forma a un anhelo de todos y todas y que no había encontrado cauce de expresión en los últimos años.
Es obvio que muchas cosas pueden mejorarse; pero habéis iniciado el camino y habéis conseguido un resultado global, a mi modo de ver, espectacular. Habéis contribuido a crear un hilo conductor, un punto de encuentro, una competición de esfuerzo basada en la regularidad a lo largo de todo el año y abierta a todos los amantes de la montaña y de la actividad de correr. Al menos tenemos ahora ALGO: una Liga, un campeonato, unos objetivos y una estructura organizativa surgida por empuje popular.
Fácil es criticar a quienes emprenden iniciativas, así como apuntarse a un carro que alguien ha echado a andar y del que aprovechan luego su impulso. Puliendo algunas cosas (reglamento más claro, por ejemplo),este Trail Series se puede convertir en algo imprescindible en nuestra Comunidad. Al menos, ya es punto de partida, punto de encuentro, horizonte de referencia para los que amamos la montaña y el correr por ella. No importa que el año que viene, o el otro, la Federación Cántabra organice una Copa Cantabria con tres o cuatro carreras; debéis continuar con el Trail Series y, a ser posible, incorporando más pruebas.
Una iniciativa popular surgida de un grupo de personas y grupos de montaña es un tesoro en un país en el que los partidos, los organismos oficiales, las instituciones y demás esclerotizan la vida pública.
Por el pueblo, desde el pueblo y para el pueblo: para todos y todas.
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